Crecimiento y autoafirmación personal 

Entre los rasgos y cualidades que la Educación Media debe profundizar en el ámbito del crecimiento y la formación personal destacan: 

  • Desarrollo de hábitos de higiene personal y social; desarrollo físico personal en un contexto de respeto y valoración de la vida y el cuerpo humano; cumplimiento de normas de prevención de riesgos. 
  • Conocimiento de sí mismo, de las potencialidades y limitaciones de cada uno. 
  • Reconocimiento de la finitud humana; conocimiento y reflexión sobre su dimensión religiosa.
  • Autoestima, confianza en sí mismo y sentido positivo ante la vida.Interés y capacidad de conocer la realidad, de utilizar el conocimiento y seleccionar información relevante. 
  • Desarrollo del pensamiento 

 

Entre las habilidades que fomentaremos en especial, están:

  • Las de investigación, que tienen relación con la capacidad de identificar, procesar y sintetizar información de una diversidad de fuentes; organizar información relevante acerca de un tópico o problema; revisar planteamientos a la luz de nuevas evidencias y perspectivas; suspender los juicios en ausencia de información suficiente. 
  • Las habilidades comunicativas, que se vinculan con la capacidad de exponer ideas, opiniones, convicciones, sentimientos y experiencias de manera coherente y fundamentada, haciendo uso de diversas y variadas formas de expresión. 
  • Las de resolución de problemas, que se ligan tanto con habilidades que capacitan para el uso de herramientas y procedimientos basados en rutinas, como con la aplicación de principios, leyes generales, conceptos y criterios; estas habilidades deben facilitar el abordar de manera reflexiva y metódica y con una disposición crítica y autocrítica, tanto situaciones en el ámbito escolar como las vinculadas con la vida cotidiana a nivel familiar, social y laboral.
  • Las de análisis, interpretación y síntesis de información y conocimiento, conducentes a que los estudiantes sean capaces de establecer relaciones entre los distintos sectores de aprendizaje; de comprender similitudes y diferencias; de entender el carácter sistémico de procesos y fenómenos; de diseñar, planificar y realizar proyectos; de pensar, monitorear y evaluar el propio aprendizaje; de manejar la incertidumbre y adaptarse a los cambios en el conocimiento.
  • Formación ética 

 

En nuestros colegios promovemos en los alumnos y alumnas la capacidad de: 

  • Conocer, comprender y actuar en concordancia con el principio ético que reconoce que todos los “seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” (Declaración Universal de Derechos Humanos, Artículo 1). En consecuencia, conocer, respetar y defender la igualdad de derechos esenciales de todas las personas, sin distinción de sexo, edad, condición física, etnia, religión o situación económica.
  • Valorar el carácter único de cada persona y, por lo tanto, la diversidad de modos de ser.
  • Ejercer de manera responsable grados crecientes de libertad y autonomía personal y realizar habitualmente actos de generosidad y solidaridad, dentro del marco de reconocimiento y respeto por la justicia, la verdad, los derechos humanos y el bien común. 
  • Respetar y valorar las ideas y creencias distintas de las propias, en los espacios escolares, familiares y comunitarios, con sus profesores, padres y pares, reconociendo el diálogo como fuente permanente de humanización, de superación de diferencias y de acercamiento a la verdad. 
  • La persona y su entorno . 

 

El proceso educativo busca afianzar en los alumnos y las alumnas mayores capacidades para: 

  • Comprender y apreciar la importancia que tienen las dimensiones afectivas, espirituales, éticas y sociales, para un sano desarrollo sexual.
  • Apreciar la importancia, social, afectiva y espiritual de la familia y del matrimonio para el desarrollo integral de cada uno de sus miembros y toda la sociedad. 
  • Participar solidaria y responsablemente en las actividades y proyectos del establecimiento, en la familia y en la comunidad. 
  • Valorar la vida en sociedad como una dimensión esencial del crecimiento de la persona y capacitarse para ejercer plenamente los derechos y deberes personales que demanda la vida social de carácter democrático. 
  • Reconocer la importancia del trabajo –manual e intelectual– como forma de desarrollo personal, familiar, social y de contribución al bien común. Valorar la dignidad esencial de todo trabajo, y el valor eminente de la persona que lo realiza. Valorar sus procesos y resultados con criterios de satisfacción personal y sentido de la vida, calidad, productividad, innovación, responsabilidad social e impacto sobre el medio ambiente. 
  • Comprender y valorar la perseverancia, el rigor y el cumplimiento, por un lado, y la flexibilidad, la originalidad, la capacidad de recibir consejos y críticas y el asumir riesgos, por el otro, como aspectos fundamentales en el desarrollo y la consumación exitosa de tareas y trabajos. 
  • Desarrollar la iniciativa personal, la creatividad y el trabajo en equipo, el espíritu emprendedor y las relaciones basadas en la confianza mutua y responsable. 
  • Proteger el entorno natural y sus recursos como contexto de desarrollo humano. 
  • Conocer y valorar los actores, la historia, las tradiciones, los símbolos, el patrimonio territorial y cultural de la nación, en el contexto de un mundo crecientemente globalizado e interdependiente, comprendiendo la tensión y la complementariedad que existe entre ambos planos.
  • Apreciar la importancia de desarrollar relaciones entre los hombres y mujeres que potencien su participación equitativa en la vida económica familiar, social y cultural. 

(Fuente: Ministerio de Educación)